jueves, 9 de abril de 2015

La Reconfiguración de la Frontera

La frontera, es una línea trazada arbitrariamente entre lo más inhóspito de un país que lo separa de sus Estados vecinos, no solo delimita el territorio, sino que configura las identidades, los procesos culturales, la política, economía y cotidianidad de las personas. Ésta también constituye la realidad humana, no solo territorial, sino que más allá de la complejidad de las políticas, la frontera es una región geopolítica con vida propia, que podría definirse en términos de la interacción que allí emerge.  

El límite que divide a Colombia y Venezuela se extiende por un espacio de 2.219 kilómetros, es una de las fronteras más dinámicas de la región, allí transcurren una amalgama de relaciones estrechas y paradójicas. 
La diversidad de la frontera, y la heterogeneidad de ámbitos territoriales y varias dinámicas de interconexión, la han vuelto un complejo desafío en términos de legalidad, seguridad, desarrollo social, crecimiento económico y políticas públicas para ambos Estados. Sumado a estas complejidades el abandono estatal, el incremento de la violencia y el narcotráfico lo ponen automáticamente como una región critica en un escenario de conflicto.
Es importante tener en cuenta el contexto social y político que viven ambos países. En Colombia el conflicto armado y el crimen organizado transnacionales en la frontera, ha descrito la total transformación y reconfiguración de los nuevos surgimientos de mercados ilegales y los altos flujos de penetraciones institucional que alcanzan a estructuras criminales en la zona fronteriza. El contrabando y el narcotráfico se ha convertido en el debate entronó a las dinámicas criminales.
En Venezuela la oscilación de las políticas de los gobiernos han vuelto recurrente la desarticulación de políticas de inclusión, la falta de presencia del Estado y el endurecimiento de nuevas restricciones penetran en las hostilidades y aumentan el crimen organizado en la región.  
Cabe resaltar ciertos factores que ha incrementado y articulan también la criminalidad en esta región, y como efecto importante está el contrabando de gasolina, drogas,  armas entre otros. Estos estimulan la inseguridad y la violencia en la frontera.

En primera lugar, la falta de presencia de los dos Estados en la zona, impide mantener un control de ciertos efectos como lo son el cruce de carbón, petróleo y materias no renovables, acompañados de la venta y exportación de marihuana coca y amapola para los mercados ilegales. Eventos de los cuales se aprovechan ciertos grupos o hasta los mismos Estados. Sumado a esto, los crecimientos ilegales y el conflicto armado en ambos Estados, el negocio de las drogas por parte de grupos armados al margen de la ley como las FARC y los paramilitares, se han disputado el control y rutas de la zona lo que generaliza aún más la violencia en ciertas regiones.
En tercer y último lugar, las relaciones intergubernamentales entre Colombia y Venezuela, han sido oscilantes entre tensión y acercamiento. El establecimiento de ciertos gobiernos presidenciales, que se han desinstitucionalizado y han desconfiado de la diplomacia, paralizan los canales de comunicación y han agravado la situación fronteriza, además, aquí está en vilo las fatales condiciones  de vida de la población.

Debemos considerar las fronteras como espacios de actuación compartida, escenarios de una complejidad de relaciones económicas, políticas y cultura.es La debilidad estatal, los liderazgos políticos, el conflicto armado solo debilitan lo configuración de dichos procesos. Para mejorar esta condiciones en la región fronteriza hace falta y es indispensable una convivencia pacífica entre los modelos económicos y políticos de los Estados, sumado al dialogo intergubernamental y la generación de respuesta conjuntas.

ReferenciaL, Valencia. (S.f) La frontera caliente entre Colombia y Venezuela. Recuperado el 5 abril de 2015 de https://drive.google.com/file/d/0B7TBrqRBxc6hSEhFbW91UWl5eHM/view

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